LUIS ABELARDO TAKAHASHI NUÑEZ: ROBERTO HIGA "EL CANARIO DE TOYOTA"

ROBERTO HIGA "EL CANARIO DE TOYOTA"

22 DE NOVIEMBRE DEL 2007 : Al cumplirse el 80º Aniversario del nacimiento de don Luis Abelardo Takahashi Nuñez, todos los que alguna vez tuvimos la suerte de disfrutar del arte y la compañía de este señor de señores de la canción criolla en el Perú, no podemos menos que sentir el íntimo orgullo del privilegiado que tuvo la dicha de pertenecer a ese grupo entrañable que, por muchos años, nos nutrimos de su amor por lo nuestro, de su sapiencia en lo cotidiano y del calor humano que irradiaba en cada encuentro.
Cada uno de nosotros guarda para si un mar de consejos y un cùmulo de emociones que solo él fue capaz de brindar. Las anécdotas que se gestaron en torno a él, llenarian paginas enteras, si hubiese quien escribiera un libro que perennizara la vida y obra de este insigne maestro.
Yo, personalmente, tuve el honor de participar de innumerables veladas, donde intercalábamos música y conversación en una deliciosa combinación que solo don Abelardo sabía sazonar con arte y sabiduría innata. Pienso que una de las cosas que mejor hacía era transmitir emociones y no habían temas fáciles o difíciles; “no le sacaba el cuerpo al toro” y siempre tuvo la respuesta precisa a cualquier pregunta que se le hiciera.
Recuerdo especialmente aquel día en que pregunté a don Abelardo: ¿Qué significa para usted la MENTIRA?; él me sonrió con picardía asintiendo con la cabeza, con ese gesto de “me gustó tu pregunta” y me habló del mundo irreal en que nos movíamos, creando fantasías y verdades a medias en nuestros caminos hasta llegar, al final de la senda, ante una gran puerta, y esa puerta, me dijo, separaba el mundo de las mentiras en que construíamos nuestras vidas y nuestros sueños del mundo de la verdad, en donde ya no se puede ocultar o fingir nada.
Don Abelardo ha cruzado la puerta y estoy seguro que en ese cristalino mundo de verdad y amor en el que mora hoy, sigue armando sus jaranas de rompe y raja y sus sabrosas conversaciones de sobremesa, para deleite de sus nuevos amigos que esperan (Dios lo quiera) que, en el momento oportuno, también nosotros nos unamos a ellos para continuar nuestras interrumpidas lecciones de vida, porque sin duda, aun quedó tinta en el tintero y notas en las cuerdas de las arpas celestiales, y en donde, a falta de un buen cajón, los cielos prestarán sus truenos para brindar ritmo al festejo, al vals y la marinera y a su mejor canción.

Roberto Higa “El canario de Toyota”

JAPON - NOVIEMBRE 2007

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